La
displasia
de
cadera
es una
enfermedad
hereditaria
y
congénita
de la
cadera
de los
perros.
La
displasia
consiste
en una
mala
colocación
de la
cabeza
femoral
con
respecto
al
acetábulo,
de
manera
que la
extremidad,
en el
apoyo,
tiende a
producir
una
tensión
mayor de
lo
normal
en la
cápsula
articular
de la
cadera
del
perro y
la
luxacion
de la
cabeza
femoral
respecto
al
acetábulo.
La
displasia
produce
dolor en
la
articulación
e
inflamación.
Con el
tiempo,
esta
articulación
degenera
en una
artrosis.
Produce
en el
perro
una
debilidad
de las
extremidades
posteriores,
ondulación
de la
parte
posterior,
dificultad
al
levantarse
y al
subir
las
escaleras.
La
diagnosis
definitiva
se
realiza
por
medio de
exámenes
radiográficos
a partir
de los 6
meses de
edad,
esta
enfermedad
se
manifiesta
con
mayor
frecuencia
en el
Pastor
Alemán,
Pastor
Belga,
Labrador
Retriever,
Golden
Retriever,
Rottweiler,
Collie y
Viejo
Pastor
Inglés.
El
cuadro
típico
comprende
una
claudicación
que
suele
ser peor
durante
la
mañana.
La
cojera
se
agrava
los días
fríos,
húmedos
y
lluviosos,
y
después
de un
ejercicio
forzado
pueden
exacerbarse
los
signos,
como
sucede
en los
saltos
forzados
en los
entrenamientos
para
obediencia.
Muchos
de estos
perros
se
sientan
y evitan
los
movimientos,
incluso
durante
un paseo
tranquilo
con el
propietario.
Muchos
dudan
subir
una
escalera
o se
niegan a
saltar
peldaños,
gran
número
de estos
ejemplares
no bajan
escaleras
o
muestran
pocos
deseos
de
hacerlo
y muchos
tienden
a dormir
sobre
pisos de
cemento
frío, en
lo
posible.
Segun la
gravedad
se la
califica
en grado
1, 2, y
3,
siendo
la de
grado 3
la más
grave.
El
tratamiento
es
quirúrgico
o
paliativo,
según el
caso,
donde se
utilizan
regeneradores
osteoarticulares
y
análgesicos
de
última
generación,
que
producen
una
recuperación
parcial
o
detienen
la
progresión
de la
enfermedad
y calman
el
dolor,
medicando
al
animal
durante
toda su
vida con
muy
buenos
resultados. |